18.10.16

Esta parte de mi vida se llama: “Más allá del intento”


Redacción Buga
El Periódico

Hace unos días durante una llamada le dije a una persona que volvería a correr la maratón de Buenos Aires... Esta persona me pregunto irónicamente ¿Otra vez? ¿Cuántas veces lo has intentado ya? y casi que en automático le cambié de tema sin responder la pregunta. 
Al finalizar la llamada me olvidé de esa situación y le pedí el favor a mi hermana Luisa Fernanda Sanclemente, que me llevara la bandera de Colombia que siempre cargo en la maleta cuando salgo del país y llevo escondida en la silla soñando con ganar una carrera fuera del país llevándola en mi mano.
Recordando todo lo que viví ese día, pensé en la pregunta de aquella persona y me di cuenta que sí hubo respuesta y fue: El siguiente intento...
Eso era lo único que podía explicar aquello que llevaba alistando hace 4 años (un sueño, un propósito, y muchos kilómetros de entreno) junto con una bandera que como todas las otras veces, la doblé y la guardé con ilusión en la silla para la carrera, pero, a diferencia de las otras veces, ese día Dios me dio la oportunidad de llegar con ella en la mano...  Y lo digo con orgullo!, porque es la misma bandera que mi abuela y mi mamá me hacían colocar en una cañamenuda cuando eran días de fiesta, la misma que más de una vez me tocó sostener desde atrás de la puerta mientras veían la procesión; la misma que llevaba en un palo de escoba montado en una camioneta cuando Colombia ganó la Copa América en el 2001 y colgué en la ventana cuando Nairo ganó el Giro de Italia 2014.
Por eso en este post, no es tan importante el resultado, sino el camino, y en el camino está toda mi historia, mi familia, mis amigos, las personas y empresas que me apoyan y, por supuesto muchos fracasos y muchos “ridículos”...  Todo eso me preparó para vivir un día como aquel.
En conclusión, la carrera fue mucho más que 42 km, eso fue una parte del camino, que incluso afronté con más nervios que nunca... No sé cuántas veces miré la silla rogando que no fallara nada y tomando curvas siempre abiertas para que nadie se me acercara. Aquel día le sumamos un día especial a este gran camino... Un camino que le agradezco a Dios, a todas las personas que están en él y a todas las que me apoyan para ir “más allá del intento”.
No podría decir cuántos intentos se necesiten para alcanzar un sueño, pero sí podría decir, que estaré dispuesto a intentarlo una vez más.

Con el impulso de sus manos, Francisco Sanclemente cumplió su sueño
El pasado 9 de octubre, el deportista bugueño Francisco Sanclemente, desafió las bajas temperaturas de la capital Argentina para romper la cinta y atravesar la meta como el vencedor de la Categoría Especial en silla de ruedas del evento deportivo.
Fueron 42 kilómetros en los que el atleta colombiano se valió de su coraje para lograr el mejor de los resultados luego de un trabajo de cuatro meses de preparación y dos intentos fallidos en las versiones de 2014 y 2015, en las que no logró meterse al podio.
Sanclemente se midió a 16 competidores élite de Brasil, Uruguay, España y de Argentina, a los que fue dejando atrás mientras recorría el circuito que atravesaba lugares emblemáticos de la ciudad como Palermo, el Obelisco, la Plaza de Mayo, el estadio La Bombonera y Puerto Madero.
“En el kilómetro diez del recorrido iba parejo con cinco rivales con los que llegué al kilómetro 30 y ahí se quedaron tres atletas más. Faltando cinco kilómetros para llegar a la meta ataco para llegar en solitario a la meta”, explicó el atleta que en 2 horas, 3 minutos y 21 segundos completó el trayecto.
El podio lo completó el argentino Esteban Roldán, en el segundo lugar; y en el tercero, el español Fernando Castro.
Para Sanclemente, además de lograr el objetivo que se trazó este año, el premio mayor fue “poder izar la bandera de Colombia en la llegada, como símbolo de superación y constancia”.
“Esta es la Maratón más importante de Suramérica, todos los atletas la quieren correr y tener un buen resultado allá. Yo ya lo había intentado varias veces y no quería dejar de intentarlo y cuando las cosas no se dan tienes que dar un siguiente paso y este lo fue, gracias a Dios las cosas se nos dieron”, dijo.
Este administrador de empresas de 28 años, que cambió el fútbol por el atletismo en silla de ruedas hace diez años a causa de una mielitis crónica -una inflamación en la médula espinal que destruyó cuatro de sus vértebras-, se radicará el próximo año en Cali para unirse al grupo de atletas asociados al Comité Paralímpico Colombiano, donde iniciará su preparación para el ciclo paralímpico rumbo a Tokio 2020, su próximo objetivo.